Antes de empezar con el análisis de este juego, quiero avisar de que jamás he sido un hooligan de la saga. El juego original lo encontraba monótono y tosco, gráficamete hablando, y demasiado “pcerizado” (por decirlo de alguna manera). Además, sus múltiples ports y secuelas para consola tampoco me han llamado la atención en exceso.
Con eso quiero justificar que no entre a valorar conceptos como pueden ser su trama, la cronología de este episodio en la saga, el “look” de escenarios y bestiario… Resumiendo: no estoy argumentalmente preparado para valorar qué papel hace este VFR en la mítica (por muchos) franquicia de ID Software.
Lo que si os voy a contar es que este DOOM VFR, para todos los que no formen parte de su universo, es un shooter (en toda regla) en el que nos enfrentamos a innumerables hordas de monstruos y demonios. Su historia, bastante irrelevante a mi gusto, nos pone en la piel de un soldado, retornado a la vida, con la única misión de derrocar el inframundo de un planeta inhóspito… Tampoco hace falta saber más para liarte a tiros con todo bicho viviente (...o, mejor dicho: a todo bicho ya muerto... he, he…).
El juego muestra un acabado gráfico de lo mejor visto en VR y tanto los escenarios, sobretodo las mazmorras demoníacas, como el diseño de los enemigos raya lo sublime. Unas localizaciones nítidas y bien detalladas que si bien es cierto que alguna vez se ensucian, en la regeneración de los escenarios, nos meten de lleno, muy cómodamente, en un juego rápido y trepidante como pocos antes hemos jugado en realidad virtual.
Como ya he avanzado, el juego es muy rápido de movimientos y, si a ese factor le añadimos que los enemigos no se muestran nada perezosos, el resultado es un juego estresante de principio a fin. Estresante y adictivo a partes iguales, porque una vez te acostumbras a ese ritmo no quieres ni relajarte en los tiempos de carga… ¡Acción en estado puro!
DOOM VFR tiene varios modos de juego (más que de juego, de avance): mediante teletransportaciones, con movimiento libre, con mando pistola, con dualshock… para mi, la mejor manera de jugar es con el dualshock y una silla giratoria. En la modalidad de movimiento libre, podemos mandar el giro con el casco (o sea, girando nosotros mismos), mientras que controlamos el avance con el analógico izquierdo. Así mismo, también podemos teletrabsportarnos a zonas lejanas, o que estén a distinto nivel, con gran facilidad. Las teletrabsportaciones, que como único método de locomoción son insultantes, como complemento resultan muy útiles e intuitivas.
Para gustos los colores y, así como cada uno deberá escoger la manera de jugar con la que se encuentre más a gusto, lo que sí os aconsejo es empezar el juego con nivel fácil, ya que al ser un juego tan rápido, bien hecho (con cientos de detalles) y con tal cantidad de acciones a realizar, al primer momento, resulta bastante agobiante.
Resumiendo un poco las ideas que os he presentado hasta el momento: DOOM VFR es un gran shotter que muestra un nivel técnico muy bueno y que, pese a sus múltiples variaciones de manejo, se juega fenomenal con el mando original de la consola. Si además le juntáis una silla giratoria y mandáis los giros con la cabeza, tendréis la sensación de estar viviendo un auténtico infierno… Aunque, eso sí, de jugar en nivel fácil, disfrutaréis como enanos reventando todo bicho que ose ponerse a vuestro alcance.
DOOM VFR:
Un argumento correcto, aunque irrelevante, unos escenarios muy bien detallados, unos enemigos sublimes y mucha, mucha, pero mucha carnaza para esparcir por los escenarios. Acción a raudales para un título que no puede pasar desapercibido. DOOM VFR ya se ha convertido, por méritos propios y no de sus predecesores, en un imprescindible para todos los amantes de la Realidad Virtual.