Bomberman 94 fue el último capítulo de la saga de Hudson aparecido en formato HuCard, y uno de los juegos más alabados de la serie. Es, sin duda alguna, uno de los auténticos imprescindibles de PC-Engine.

Para empezar, hay que tener claro que Bomberman 94 (PC-Engine 1993) y Mega Bomberman (Megadrive 1994) son el mismo juego. Contienen sutiles diferencias, prácticamente inapreciables.

En conjunto, por su vivo colorido, mejor definición y sonido más amigable (además de por alguna opción extra), gana el original para la consola de NEC. (Insisto, aun remarcando la superioridad del original, en su enorme parecido). 

El dato a tener en cuenta es que la versión para la bestia negra de Sega fue un port realizado por Westone.

Gracias a esto, gran parte de la audiencia consolera europea pudo disfrutar del magnífico título de la serie. (Este análisis es válido para las dos versiones).

Tras el éxito de Bomberman y de Bomberman 93 (este último es para algunos fans el mejor título de la saga) Hudson volvía a potenciar el sistema de juego que tantas alegrías le había dado. Si bien en los dos títulos anteriores se trataba de eliminar a todos los enemigos del nivel para poder avanzar, en esta ocasión el planteamiento era algo diferente.

Aquí lo importante era destruir ciertas esferas repartidas por el escenario (algunas las portaban los propios enemigos, y otras estaban fijas en determinados lugares), y al conseguirlo se desbloqueaba el acceso a una "lanzadera" que nos permitía viajar hasta el siguiente nivel.

La gran mayoría de las pantallas contaban con scroll (no eran niveles fijos "mono-pantalla" como en otros títulos de la serie) o con puertas/accesos que nos llevaban a un sub-nivel de las mismas.

Para la ocasión, el número de items/power ups se ampliaba hasta los 13 (14 si tenemos en cuenta a los Louies, de los que os hablaré más abajo), y podíamos encontrarnos desde el típico aumento de potencia, el reloj para detener momentáneamente el tiempo y la bomba extra, hasta el chaleco protector de fuego (nos permite resistir un impacto) o las botas de velocidad... resultando todos ellos en un abanico de posibilidades realmente variado. 

Como gran novedad en esta entrega, Hudson diseñó a unos nuevos amigos para la ocasión, llamados Louies (o Rooeys).

No eran otra cosa más que una especie de canguros que podíamos encontrar, en forma de item (con aspecto de huevo), dentro de las pantallas, y que al conseguirlos se mostraban en diferentes colores. Cada uno con sus peculiaridades.

Existen cinco Louies diferentes (verde, púrpura, azul, amarillo y rosa), y sus poderes van desde el salto por encima de los bloques o las bombas, hasta la velocidad máxima (existe un Louie que no para de correr hasta que choca contra algún objeto en pantalla, creo que es el verde).

No hace falta estar muy al día en videojuegos para darse cuenta inmediata del parecido entre estos personajes y los Yoshis de Super Mario... a parte de la similitud funcional y estética, lo cierto es que resultan en un añadido que ofrece más posibilidades y variantes, así que no hay queja alguna al respecto.

Volvemos a contar con un modo historia para un jugador (compuesto por 5 mundos diferentes [6, si contamos el del enfrentamiento final] con un total de 25 niveles), además de los diversos modos multiplayer (la versión de Megadrive solo admite 4 jugadores a la vez, mientras que la de PC-Engine funciona con hasta 5).

Esta edición aumenta considerablemente el número de fases, modos y personajes seleccionables en multi-jugador, convirtiéndola en la reina absoluta del Vs dentro de su plataforma. 

Otro factor mejorado en esta versión es el diseño global, mucho más colorista y compuesto por un mayor número de adornos en pantalla, resultando más atractivo en su conjunto que en entregas anteriores. 

Se nota, y se agradece, el acabado más estilizado de todos los sprites, incluido el del propio Bomberman, que aparece en una forma menos redonda de la habitual. El colorido es también superior, y pasa a convertirse, gracias al mismo, en uno de los juegos más resultones dentro de su plataforma (y también de Megadrive).

La definición en pantalla es sensacional (algo que se puede adjuntar a casi cualquier juego de la plataforma de Hudson y NEC) y el scroll, aunque no aparece de forma  constante, es también meritorio.

A nivel sonoro es también una maravilla, y si bien resulta algo más agradable en PC-Engine, en Megadrive no está nada mal (esta última versión cuenta con algunas pistas de sonido diferentes).

Para el que nunca ha tenido contacto con la serie (se puede conocer bajo los nombres de Bomberman, Dyna Blaster o Panic Bomber en su versión de juego tipo Tetris... ente muchos otros), decir que se trata de algo tan sencillo como colocar bombas para destruir a los enemigos, y siempre jugando a evitar su onda expansiva. Simple y directo, aunque con bastantes detalles de por medio, pero esta es la base.

Posiblemente, como único fallo a destacar, las fases contra los final bosses son demasiado similares (el diseño del nivel es el mismo para todos, aunque el jefe cambie radicalmente de aspecto), y es un detalle que afea un tanto al conjunto, restando sorpresa ante un factor tan importante.

Por lo demás, es un título maravilloso, independientemente de la versión elegida del mismo, y uno de los auténticos clásicos del multiplayer.

Si posees una PC-Engine es de obligada adquisición (y no es un título demasiado caro, costando entre 30/40€). Si eres dueño de la máquina de Sega, también es un cartucho importante, y el único de la saga dentro de la plataforma. 

Cuenta la leyenda que en su día, los chicos de Hudson, pensaron en crear un título exclusivo para la plataforma de Sega (cosa que hicieron con todos los juegos de la serie en Snes), y que el encargo les fue otorgado a los genios de Factor 5 (creadores de esa magnífica saga llamada Rogue Squadron). 

Estos últimos crearon una demo técnica con un concepto diferente al de Bomberman 94, aunque similar, que contaba con la opción de permitir hasta 8 jugadores simultáneos (mediante la conexión de dos multitaps), pero, por motivos que se desconocen (aunque se intuyen como económicos), se les dio luz roja, y el asunto terminó en manos de los también clásicos Westone  (padres de Wonder Boy), a los que se les encargó un simple port del juego de PC-Engine...

Para finalizar, solo comentaros que Bomberman 94 fue el primero en implementar algo de peso en la trama del juego, creando una narrativa y unos sucesos algo más trabajados que en entregas anteriores. 

Recomendado sin duda alguna, pues es uno de los títulos más importantes de la franquicia.