Dead Space es, para muchos usuarios, lo mejor que se ha creado en torno al terror desde los capítulos iniciales de Resident Evil, y una de las de las obras más trascendentes de la séptima generación.
El juego de EA Redwood Shores (ahora conocidos como Visceral Games) era lanzado al mercado en 2008, con la intención nada sencilla de recuperar la esencia de los antiguos Survival, a la par que rendían tributo a no pocos films clásicos de terror y de ciencia ficción.
Hay que reconocer la decadencia del sub-género desde la aparición de Resident Evil 4, que resultó en todo un juegazo (sin duda), pero que abandonó las señas más características y las injustas dificultades, típicas de los títulos más puros.
En cierto modo, y de ahí la mención, Dead Space bebe de Resident Evil 4, así como del resto de la saga, pero sus programadores fueron lo suficientemente valientes como para no conformarse con plagiar, y lo que hicieron fue potenciar todas las virtudes del título de Capcom y mejorar su sistema de combate estático.
No sería justo olvidarse de mencionar al juego que más se asemeja a Dead Space (y que curiosamente salió a la venta a la vez que Resident Evil 4), que no es otro más que Cold Fear, y que comparte esa clara inspiración en base a The Thing, por encima del terror zombie de otras sagas.
El juego nos pone en la piel de Isaac Clarke, un simple ingeniero en misión de rescate, que junto a sus compañeros, y por caprichos del destino, se ve envuelto y atrapado en la situación más incómoda de su vida.
El equipo queda aislado dentro de la misma nave a la que debían auxiliar (el USG Ishimura), y de cuya tripulación, de más de mil personas, no hay rastro inicial alguno...
Tras un ataque llevado a cabo por unas extrañas criaturas, Isaac queda apartado del resto de su equipo, viéndose forzado a vagar por la nave en una soledad casi absoluta, y con el peso añadido de ser el único capaz de reparar los sistemas necesarios para huir de la pesadilla que está a punto de desatarse.
Así comenzará nuestra terrible odisea, manejando a Isaac a través de angostos pasillos, salas oscuras y zonas carentes de gravedad, todo ello adornado por uno de los mejores trabajos de FX jamás realizados.
Además del poderoso abanico de efectos especiales, el juego cuenta con una de las ambientaciones más terroríficas que se han diseñado, siendo aterrador de principio a fin.
Es bastante normal encontrarse en pasillos "inundados" por gases, que dificultan la visión, o en zonas amplias donde los chirridos del oxidado metal no paran de sonar, creando una alarma (infundada en muchos casos) que nos mantiene en una constante tensión.
Si a este entorno tan insólito y bien recreado le sumamos, entre otras muchas características, una jugabilidad que limita el inventario, más una ínfima cantidad de munición (a mayor dificultad elegida, menor es la cantidad a encontrar de la misma) y unos enemigos letales, nos encontramos con el punto fuerte del juego: Somos vulnerables...y eso es lo que potencia el inigualable terror de Dead Space.
Otro de los puntos más conseguidos del juego son sus enemigos, y la forma de acabar con ellos. Para este menester es obligatorio desmembrarlos, siendo fundamental seccionar sus extremidades inferiores, ralentizando así su imparable avance.
Arrancar sus piernas no los detendrá, pero nos regalará un mayor tiempo de reacción. No siempre es la técnica más aconsejable, pues dependiendo del enemigo será más lógico optar a cercenar otras zonas de mayor importancia vital u ofensiva.
En cualquiera de los casos, es un sistema que aporta cierta estrategia durante los momentos de acción, además de requerir temple y pericia, pues dispararles en zonas "muertas" agotará nuestra preciada munición sin conseguir frenar su avance.
Uno de los puntos más emocionantes del juego se encuentra en los momentos bajo gravedad cero, donde no solo dependeremos de nuestra munición y de la barra de vida, viéndonos también acosados por una cantidad de oxígeno que no para de descender, a lo que sumaremos, por si fuera poco, un control diferente y mucho más restrictivo.
Todo en Dead Space está racionado al milímetro (insisto en que esto se pronuncia acorde a la dificultad elegida), inclusive las mejoras para potenciar armas y armadura, siendo escasas y, en determinados casos, difíciles de encontrar.
Existe quien denomina a este juego como una "aventura de acción y terror", pero creo que es descabellado, pues sus restricciones y abusos lo convierten, ipso facto, en un survival puro y duro.
Bien es cierto que su sistema de combate es en tiempo real (que ya era hora...), pero hay que tener en cuenta que no hay coberturas ni demás adornos, a parte de que la velocidad mientras apuntamos es bastante escasa. Es la suficiente como para no sentirnos tan estúpidos como en obras (posteriores) del estilo de Resident Evil 5, en las que o caminas, o disparas...
Durante el transcurso de la aventura nos veremos obligados a resolver un amplio número de sencillos puzzles (casi todos), que más que desafiar nuestro intelecto, juegan a crear un ambiente aun más opresivo, debido a que tendremos que estar pendientes de resolverlos mientras los enemigos nos acechan.
Gran parte de estos rompecabezas se solucionan gracias al modulo estabilizador, que es un útil capaz de ralentizar ciertos objetos, e inclusive de ser lanzado sobre los enemigos, frenando de este modo su avance y creando otra peculiaridad estratégica.
Gráficamente es un juego notable, que basa más su encanto en el acertado diseño que en la potencia bruta. No obstante, algunos momentos son realmente espectaculares, y posee algunos detalles realmente asombrosos.
Mientras que las versiones para videoconsolas están a la par, en PC, como es lógico, puede disfrutarse a mayor resolución, así como también es posible ayudarse de mejores filtrados para un acabado ampliamente más nítido.
En compatibles la mayor diferencia es la de poder jugar a 60 imágenes por segundo (el doble que en consolas) con la ganancia en fluidez que eso supone, además de proporcionar mejor respuesta y mayor nitidez.
Como contrapunto, en PC no es recomendable jugar con teclado y ratón, pues sus controles son pésimos...es obligatorio jugar con mando, y si es el de Xbox 360 mejor que mejor.
Desde mi humilde punto de vista, Dead Space es casi perfecto... y digo casi porque falla en algo perdonable, pero evidente tras varias horas de juego: Su maravillosa ambientación se vuelve en su contra.
Es innegable que el espíritu de Alien o de Horizonte Final (entre otros muchos films) está no solo bien recreado, sino inclusive un punto por encima en cuanto a la tarea de infundir miedo se refiere... pero se vuelve repetitivo tras las 5 o 6 horas iniciales (su duración aproximada está en torno a las 8 o 10 horas).
Son demasiados pasillos, demasiadas zonas semejantes y una ambientación global única, lo que se agrava aun más debido a que en abundantes ocasiones tendremos que volver sobre nuestros pasos, por exigencias del guión. No es algo realmente grave, pero es inevitable que termine resultando monótono en este aspecto.
Con todo, Dead Space es tan importante y significativo en plena 7ª generación, como Resident Evil lo fue en la era de las 32Bits.
Puede sonar a excesivo, pero no creo errar al compararlos, pues el juego que nos ocupa es el más terrorífico de su momento (y posiblemente uno de los más angustiosos de todos los tiempos).
Es también importante señalar, como tara propia de esta generación, que Dead Space no es partidario de la permisividad estandarizada del momento, y aun sin suponer un reto exagerado, cumple con lo básico para ser considerado como un desafío de calidad.
Creerme cuando os digo que Dead Space me gusta, bastante, pero no es de mis favoritos (prefiero su segunda parte), y aun con todo, es inevitable señalarlo como un auténtico “must have” de esta generación, y el título de terror más potente junto a Amnesia: The Dark Descent.
Es, sin duda alguna, el título que se ha encargado de devolvernos la esencia de los survival horror, y no la original y más pura, sino más bien la evolución lógica que debieron seguir al utilizar entornos 3D en tiempo real.
Casi es obligado el recomendaros que lo juguéis a todo volumen en 5.1, o en su defecto con cascos (la mejor opción), para poder sentir, al 100%, el auténtico terror de su perfecto sonido.
Dead Space es un juego imprescindible, y no llega a la perfección total por el simple motivo de prolongar su ambientación en exceso. Por lo demás, es magistral.