Nos encontramos ante un juego de pinball diferente; amado por unos y odiado por otros, pero siempre teniendo en cuenta una importante premisa: Dragons Fury (o Devil Crash, como se le conoce en Japón) es un juego único, bien realizado y que no cuenta con ningún rival a su altura.

Tras el éxito rotundo, en la tierra del sol naciente, del clásico “Alien Crush”, Naxat soft, sus productores, desarrollaron una continuación no directa, cambiando esta vez la ambientación de alienígenas y ciencia ficción por una más “medieval-fantástica”.

Dragons Fury contiene más fases de “bonus” y una mesa mucho más grande (con tres alturas) y con más opciones que su hermano mayor y, a su vez, cuenta con una BSO muchísimo más vertiginosa y pegadiza, amen de unos gráficos superiores a todas luces.

Es decir, Naxat (os recuerdo que la versión Megadrive está licenciada por Tengen y portada por Technosoft) rizó el rizo de manera soberbia, creando el mejor juego de pinball fantástico “digital” de la historia del videojuego.

Un juego difícil, pero adictivo, que suele ser repudiado por todo aquel que encuentra “extraño” su apartado gráfico, que aún siendo espectacular, es peculiar y muy diferente a todo lo conocido en su sistema.

Desde luego, al que le gusten los pinballs digitales, este juego le volverá loco, pues por variedad de situaciones y formas distintas de “bonus”, es un triple “A”, aunque recalco, que a los que no les gusten este tipo de juegos, quizá lo vean extraño o falto de diversión.

Hasta la llegada de las 32bits, este tipo de juegos eran bastante horrendos, teniendo juegos como los populares “Pinball fantasies” y demás, que son limitados y bastante feos de ver… Aunque, reconozcámoslo, en su día cumplían y contaban con un apartado musical de órdago.

La mejor baza del juego es la estupenda emulación de la física de la bola, que aún mostrando a veces (muy pocas) algún extraño comportamiento, se puede considerar la mejor de entre todos los títulos similares, tanto en 8 como en 16 bits.

La única opción variable desde el menú, relativa a la dificultad, es la variante de bola rápida o lenta, que determinará en gran medida los puntos sumados a nuestro marcador, recomendando a los menos duchos la más controlable: “LOW”.

Cumpliendo ciertos requisitos, o metiendo la bola en ciertas zonas de la mesa, apareceremos en unas magníficas “bonus zones”, que podrían compararse con jefes de final de fase (aunque no lo sean), en las cuales podremos multiplicar de forma millonaria nuestra puntuación, además de contar con el extra de que, al finalizar todas las zonas iniciales, pasaremos a una pantalla especial que hará las veces de “jefe final”.

Un juego superior (solo si te gusta el género), con una realización técnica impresionante y muy conseguida que, redondea en un título mítico, habiéndose ganado este estatus a pulso.

Es de recibo recomendar esta versión por encima de la de PC-Engine que, todo y contar con unos sprites más definidos y coloristas, no logra superar a su versión de Megadrive ni en sonido, ni en jugabilidad, pues la física de la bola en la consola de Nec no está tan conseguida.

Aún con todo, Devil Crash para PC-Engine es un título recomendable a todas luces dentro de su plataforma.

MI OPINIÓN

Desde mi punto de vista, es un juego altamente recomendable; un pilar dentro del sistema de Sega, aunque solo lo recomendaría como realmente imprescindible para los amantes de los pinballs, pues el resto, puede encontrarlo un tanto bizarro…

Un juegazo dentro de su género.