Si solo pudiera elegir un juego de la mítica Bullfrog, ese, sin duda alguna, sería Dungeon Keeper, el juego de estrategia en tiempo real más divertido y alocado que la mente del señor Peter Molyneux concibiera en los noventa (y no fueron pocos los títulos que creó…).

El genial Peter es dueño y señor de Black & White, Magic Carpet, Populous, Syndicate, Theme Hospital, Dungeon Keeper 2, Fable y un sin fin de juegos míticos y atemporales.

Dungeon Keeper rezaba en su eslogan aquello de “ser malo es bueno”, y no sin razón, pues de lo que se trata en este adictivo y frenético videojuego, es de encarnar al siempre olvidado “amo de la mazmorra”, para, en esta ocasión, concederle todo el protagonismo y ayudarle a vencer a esos malditos héroes obsesionados con robarle sus tesoros.

Aquí se trata de crear (en cada nivel)nuestra propia mazmorra, mientras una oscura voz “en off” nos pone al corriente de los objetivos de la misión. Todo esto se desarrolla en fases independientes, a las que se accede mediante un “mapeado” con las zonas a conquistar y, al que tendremos acceso cada vez que superemos un nuevo nivel.

Empezaremos creando nuestra sala del tesoro mientras enviamos a nuestros esbirros a extraer jugosas betas de oro, que pasarán directamente a nuestras arcas. Importante buscar un portal de entrada (existe uno en cada nivel) por el cual entrarán nuevas criaturas en busca de un señor oscuro a la altura y, por su puesto, una mazmorra de 5 estrellas.

Es importante conectarlo todo de una forma útil, como por ejemplo, crear la sala de entrenamiento antes del corazón de la mazmorra (lugar que, si destruyen los héroes, nos lleva al fracaso absoluto), creando de esta forma un impedimento previo a la invasión de los héroes, encontrándose estos con nuestros más aventajados y entrenados esbirros.

Para satisfacer a los nuevos huéspedes trataremos de crear unos nichos adecuados; crear granjas de pollos para que se alimenten, bibliotecas, salas de entrenamiento, laboratorios de investigación, etc.

Tendremos que hacerlo con cabeza, pues aunque al principio todo se consigue un tanto al azar, tras superar unos cuantos niveles, la planificación será mucho más importante.

Además de atraer a nuevas criaturas, podremos crearlas mediante hechizos y, como dato curioso, también poseerlas y jugar con ellas en primera persona, siendo la forma más acertada de crear un tour por toda nuestra mazmorra.

Comentar también la posibilidad de crear, según avanzamos, nuevas tecnologías, tales como trampas, puertas y un largo y creativo etcétera.

En algunas fases tendremos un tiempo limitado hasta que lleguen los malditos héroes, en otras, sin embargo, hasta que nosotros no nos topemos con ellos podremos seguir centrándonos en nuestra preciada mazmorra.

En Dungeon Keeper destaca el alto grado de simplicidad para hacerlo todo (mediante el ratón), siendo un juego facilísimo de controlar, aunque no tanto de dominar. Otra de sus características es su oscuro sentido del humor, que aparece mediante sucesos, frases, referencias y diseños.

(Acabo de recordar que, el icono que nos representa en el juego, la perversa mano, fue la que inspiró a su creador más tarde para desarrollar una herramienta interactiva más potente: la que vimos en los dos geniales Black&White).

Lo mejor de Dungeon Keeper es su acertado tiempo de desarrollo, siendo siempre acertado y no creando un exceso de tensión por su velocidad, ni tampoco aburriendo por su lentitud, pero siempre destacando que Dungeon Keeper no es ni Civilization ni Populous, es la mezcla justa entre estos juegos y, por ejemplo, Starcraft.

A nivel gráfico, el juego cumple, recordando siempre que es un juego antiguo, basado en “sprites” y en polígonos (muy pocos de estos últimos), pero con un diseño genial para su época y, sobre todo, con una virtud destacable como pocas: no importará que ordenador tengas, funcionará seguro, ¡incuso en netbooks!

La verdad es, que no se puede hablar de potencia, pero sí de simpatía y creatividad, y sobre todo, funcionalidad al 100%. No olvidemos que antes de la era Fable, Peter Molyneux era un auténtico genio…

Por cierto, no os dejéis engañar por las imágenes, pues bastará con que le deis media hora y el apartado gráfico pasará a un segundo plano, momento en el que os daréis cuenta de que existen pocos juegos tan “viciantes”. Su sonido es correcto para la época, destacando un doblaje bastante acertado y simpático.

La versión normal del juego no soporta aceleración 3D (ni falta que hace), pero la versión “GOLD” sí!

Recomiendo su adquisición mediante la página “GOG.com”, donde encontraréis este tesoro por tan solo 5 dólares… precio de risa, y totalmente compatible para XP, Vista y 7.

Por cierto, solo está en inglés, pero, como siempre, esa página tan genial del “CLAN DLAN” tiene una estupenda traducción de textos y voces que funciona a la perfección.

MI OPINIÓN

Dungeon Keeper es uno de los mejores juegos de todos los tiempos, sin exagerar un ápice y siendo totalmente sincero, es un juego adictivo como pocos, sencillo de controlar, con humor, un gran diseño y una duración acertada (20 niveles).

Sin duda, es un imprescindible de PC, y todo aquel que quiera divertirse, sin más, en esta plataforma, tendría que darle una oportunidad a este maravilloso juego que, entre otras cosas, nos recuerda por que Peter Molyneux tiene esa merecida fama de niño prodigio.

También recomiendo encarecidamente su segunda parte Dungeon Keeper 2, un juego superior en todo menos en carisma, pues eso se lo debemos a esta primera parte.