Hubo un tiempo (no demasiado lejano) en el que las compañías desarrolladoras de videojuegos eran libres, un pasado maravilloso en el que primaban las ideas originales y los mismos desarrolladores se esforzaban en crear algo nuevo, propio.
Hoy día parece que la meta es crear el mismo producto que la competencia y buscar la forma de venderlo mejor.
No
quiero decir con esto que los juegos actuales sean malos (en
absoluto) o
que los productos de antaño fueran superiores, pero si quiero dejar claro que eran mucho más originales.
GALAPAGOS es un claro ejemplo, un juego con entidad propia, basado en la inteligencia artificial de su personaje protagonista.
Mendel, es una especie de tortuga sintética que a medida que avanza en el juego se vuelve más racional (lo que implica que también se vuelva más miedosa y paranoica), provocando distintas reacciones en relación al escenario y sus peligros.
Nuestra misión en GALAPAGOS no es controlar a Mendel, nosotros interactuaremos con el entorno (pulsando botones y demás sistemas similares) al paso del protagonista, accionando en el momento preciso los mecanismos pertinentes para evitar su muerte.
Un
entorno hostil, mecánico y lleno de trampas que convierten al título en una mezcla entre puzzle y juego de reflejos, pues el entorno no es estático, la cámara se moverá siempre de forma
cinemática (provocando,
cabe decirlo, una muy mala visibilidad en ocasiones).
Mendelaprenderá que no debe acercarse al fuego o al ácido (por ejemplo), con lo cual y, por lógica, cuanto menor sea el número de veces que sea destruido por un elemento, menor será también el miedo que le produzcan dichos elementos peligrosos/nocivos que se encuentre en su particular periplo.
Mendelreaccionará (no siempre como queramos, pues es un ser autónomo) y aprenderá del entorno para bien o para mal, pero siempre necesitará de nuestra participación para avanzar.
Un título muy difícil de catalogar, como tantos otros productos de los 90, con un encanto especial y un enfoque único. Una joya interactiva (difícil de conseguir) que supuso un avance interesante dentro del mundo de los videojuegos, creando una experiencia jugable extraña, pero atractiva.
Cinco
mundos diferentes (a
cual más difícil) una
atmósfera “cyber” y un personaje por el que se puede llegar a sufrir (como
por cualquier mascota) suman
junto a un control basado en el ratón, uno de los títulos más “Freak” para pc.
En ningún caso GALAPAGOS es un juego excepcional a nivel jugable, más bien es un producto original, muy difícil, pero original, que en su día podía presumir de poseer una realización técnica por encima de la media, con un argumento basado en “la evolución” (más original no se puede ser) estudiada por Darwin en la isla que da título al juego y expandida con la genética gracias a Mendel (de aquí el título del protagonista).
MI OPINIÓN
GALAPAGOS
es
grande por ser único, no por ser un gran videojuego. Es un reto diferente, basado en la observación más que otra cosa y solo se lo recomiendo a aquellos que busquen algo radicalmente diferente o
a los que busquen un puzzle distinto.