Hammerin Harry fue una exitosa recreativa lanzada por Irem en el año 1992, consiguiendo un éxito de crítica y público bastante positivo, lo que propició su lanzamiento en las plataformas domesticas más celebres de la época: Nintendo y Gameboy.

Lo cierto es que Hammerin Harry tuvo una tirada más bien limitada en Europa para las dos versiones de “la gran N”, sobre todo en la que nos ocupa, su versión portátil para Gameboy, resultando en un juego bastante difícil de encontrar hoy día en versión PAL (En USA es más fácil hacerse con uno).

En esta versión, aún contando con el mismo personaje, el imparable constructor Harry, contamos con un giro argumental de peso, pues esta vez se añadieron fantasmas al trasfondo de la historia, agregando al juego el sobrenombre de: Ghost Building Company.

Para ser sincero, esto apenas varía en su desarrollo, pues la mecánica es la misma que en el original, desplazándonos lateralmente a través de las fases y golpeando/esquivando a todos los peligros que se crucen en nuestro camino (aunque como añadido extra, en esta versión contaremos con fases al estilo “juego de naves”).

Hammerin Harry es un título sumamente potente dentro del catálogo de Gameboy, mostrando avanzados efectos de “pasterización” y unos “sprites” definidos y complejos, más si los comparamos con la mayoría de los juegos del sistema, inclusive superando a los grandiosos gráficos de Mario Land 2, al que supera por goleada.

En su sonido, idem de idem, avanzado y sorprendente, inclusive contando con digitalizaciones de voz sorprendentes para el sistema, además de con un acompañamiento musical muy acertado y de amplia calidad.

Un boom a nivel técnico que, demuestra una vez más, que todo y contar con una pantalla monocromática, Gameboy se merienda de forma brutal a la tecnología de su hermana Nes.

Su jugabilidad es muy acertada, sin llegar a las cotas de exquisitez de la recreativa, pero aproximándose muy de cerca, contando con todas las opciones y “power-ups” del original, encontrando las famosas guindillas, los cascos y los diferentes tipos de martillos.

Un juego altamente recomendable y uno de los máximos representantes de la calidad que atesoraba la “gran” portátil de Nintendo, un título muy raro de ver, pero con un precio raramente exagerado y acorde a lo que ofrece. 

MI OPINIÓN

Un título indispensable para cualquier coleccionista de Gameboy; divertido y potente, con la única pega de su dificultad para encontrarlo en versión PAL. Recomendado a todas luces! (muy fácil de encontrar en versión japonesa completo, y fácil de ver, solo cartucho, en versión USA).