NINJA SPIRIT:

En 1990, Irem, sumaba uno de sus grandes títulos recreativos al ya fenomenal catálogo de PC-Engine. La genial compañía japonesa creó la versión recreativa original en 1988, aportando su visión propia sobre un género en auge: Los juegos de Ninjas (Shinobi, Ninja Gaiden…). Nacía de esta forma un título único y rebosante de personalidad por cada uno de sus pixels. Un juego 100% arcade que llamó bastante la atención en recreativas, dando buena fe del hacer mítico de la empresa.

 Una vez lanzado en el celebrado sistema de Hudson y Nec, también nos demostró hasta donde podía llegar la portentosa calidad técnica de ese pequeño tesoro llamado PC-ENGINE, y las grandes aptitudes que poseía para recrear fieles versiones de las máquinas arcade más punteras del momento.

La historia de Ninja Spirit es bastante simple: “Moonlight” (el protagonista) tendrá que recorrer las 7 estupendas fases que componen el juego en busca de venganza, eliminando a los asesinos que pusieron fin a la vida de su padre… simple y directo. No hace falta más guión ni mayor número de detalles para introducirnos en esta historia típica de “vendetta”. Un arcade clásico: Una trama escueta como excusa para un disfrute basado, plenamente, en mecánicas puras y duras.

JUGABILIDAD:

Ninja Spirit, como casi todos los títulos de la época (y más concretamente, los lanzados para el sistema PC-ENGINE) provenía, como ya os he comentado, de una versión recreativa que nos presentaba un juego maravillosamente diseñado y con un buen puñado de elementos propios que lo diferenciaban de sus más directos competidores.

Entre sus virtudes y opciones, la que más destacaba, en comparación con el resto de juegos Ninja, era una suerte de selección de armas en tiempo real (disponibles desde el inicio) que nos permitía elegir entre: Katana, Estrellas Ninja, Bombas y Cadena, las cuales nos ayudaban a enfrentarnos en igualdad de condiciones ante cualquier tipo de enemigo, teniendo cada una su propia potencia y alcance (logrando implementar un elemento táctico muy de agradecer).

Otro de los detalles propios de este gran juego era, sin duda alguna, la virtud de Moonlight para poder multiplicarse, mediante diversos power-ups que nos otorgaban los enemigos Ninjas, de diferentes colores, quienes se encontraban dispersos por las pantallas. Además de proporcionarnos una potencia de fuego extra, nos facilitaban el poder destruir a los enemigos que poblaban las zonas verticales del juego, ayudados también por el potentísimo salto de Moonlight.

Cada vez que obteníamos uno de estos Power Ups (con forma de esfera), aparecía un clon, o “sombra” del protagonista, que emulaba sus acciones, pudiendo multiplicar, hasta por cuatro, la vital ayuda recibida.

Además de la posible obtención de los susodichos clones, mediante esferas de otro color, podíamos potenciar el alcance de nuestra espada, dejando una muy característica estela de esferas.

El último de los potenciadores que encontrábamos en el título nos envolvía con un halo protector, capaz de resistir varios impactos enemigos. Este último item cobraba mucha importancia en las zonas del juego desde las que se nos atacaba con “espíritus voladores” o bolas de fuego.

Las siete fases del juego transcurrían “in crescendo”, con una curva de dificultad bien medida, aunque asaltada de vez en cuando, haciendo acto de presencia en momentos muy puntuales, con una excesiva aparición enemiga, o con ciertos Bosses más rápidos de lo deseable… 

Visto hoy día es un juego medianamente difícil, aunque en su momento era bastante ligero, sobretodo por uno de los añadidos propios de esta versión: El modo PC-Engine. Desde el menú principal podíamos elegir entre esta opción o el modo arcade, donde un solo impacto (al igual que en la recreativa) podía acabar con nosotros. En cambio, el nuevo modo, nos otorgaba hasta cuatro puntos de vida…

SONIDO:

En su apartado sonoro Ninja Spirit cumple sobradamente. No hay que olvidar que hablamos de una consola de 8bits, cuyas limitaciones en ciertos aspectos son más que evidentes. Aun con todo, su respeto por los sonidos del original (incluyendo algunos directamente extraídos del arcade), son meritorios.

Las composiciones acompañan perfectamente y los FX cumplen con bastante calidad.

GRÁFICOS:

Siempre he pensado que Ninja Spirit es uno de los juegos más meritorios del catálogo de PC-Engine, mostrando una calidad de sprites muy destacable y un conjunto bastante llamativo.

Aun sin alcanzar el grado de su versión arcade, las similitudes están altamente conseguidas, haciendo que la pequeña de NEC y HUDSON muestre algunos de los sprites más grandes y detallados que se han visto en consola alguna de 8bits.

La definición del juego y la cantidad de enemigos puestos en pantalla, redondean un apartado prácticamente perfecto. Cabe comentar que la versión de PC-Engine es la que mejor luce de todas, por encima inclusive del port que recibió el AMIGA de Commodore. (Aparecieron versiones para: Gameboy, Amiga, Atari ST, Commodore 64, CPC y Spectrum. Más tarde (2007) apareció una versión directa de PC-Engine en la Virtual Console de Wii).

EN RESUMEN:

Ninja Spirit es un clásico de los salones recreativos de finales de los 80, portado con gran acierto a una de las máquinas más desconocidas para los Europeos.

Sin duda hablamos de un juego bonito y divertido, con un carisma muy marcado y definido por el buen hacer de una compañía tan mítica como lo es IREM.

Si eres el (afortunado) poseedor de esta bestia de 8bits, no puedes dejar pasar por alto a este juego, que puede considerarse de los más brillantes de todo su catálogo.

MI OPINIÓN:

Como coleccionista, y admirador profundo, de este brillante sistema, no puedo dejar de recomendar este grandísimo título de acción clásica. Un juego directo y entretenido, a la par que espectacular para su tiempo. Un clásico de PC-Engine.

IMPRESCINDIBLE.