Cuando se anunció por primera vez este Unbounded, mi reacción fue de asombro a un nivel negativo, pues reconozco que soy un gran seguidor de la saga de Namco y este capítulo nada tiene que ver la misma. Innovar está muy bien, pero cambiar el planteamiento y las señas de identidad de un producto al 100% no se puede llamar innovación.

Unbounded es un producto que se nota a la legua que no era en un principio un Ridge Racer, pues tiene toda la pinta, más que nada por el diseño de los circuitos y sus similitudes con algunos de “FlatOut ultimate carnage”, de ser un desarrollo para otro juego al que le han cambiado el nombre.

No quiero dar una impresión negativa de inicio, pues ya os digo que este “Ridge Racer” me ha encantado, sobre todo por que no esperaba nada bueno y, sin embargo, el juego es un Arcade de indudable calidad, pero no es un Ridge Racer.

Por un lado, nos encontramos con la fea decisión de Namco de bautizar a un juego, que nada tiene que ver con su saga, con el nombre mítico de Ridge Racer, pero por otro, y siendo más que honesto, descubrimos un Arcade que supera con creces a los últimos capítulos de la veterana saga, pues tras disfrutar de Ridge Racer 7 y Ridge Racer Vita, más Ridge Racer 6 (que se salva un poco), sin duda, y aunque no se parezcan en conceptos y formas, Unbounded se los come en diversión.

Lo cierto es, que se agradece la aparición de títulos como éste, pues en esta generación, los Arcades de conducción se encuentran en minoría, siendo muy pocos los títulos que aparecen con esta temática.

En Unbounded seguirán primando los derrapes y el control basado en ellos, contando con un sistema muy conseguido, que es sencillo e intuitivo, pero que a su vez, nos propone concentración para ser dominado en su plenitud.

Ahora ya no se trata solo de competir contra los contrincantes y contra el cronómetro, pues contamos con un modo derrape (estilo NFS) que es de lo mejor que he jugado en mucho tiempo, un modo carrera (el de toda la vida), modo eliminación (cada x segundos se elimina al último en carrera) y un modo “contrareloj” que nos presenta circuitos llenos de saltos, baches y mil objetos a sortear, siendo también muy de agradecer la concepción de este modo.

Unbounded es más un Burnout que un Ridge Racer, pues la destrucción es parte de su desarrollo. Ahora, con el rebufo, los saltos, los derrapes y la destrucción de partes del decorado, llenaremos nuestra barra de turbo, que tendrá como finalidad ser utilizada (además de para ganar en velocidad y adelantar)para destruir a nuestros rivales o, en determinadas zonas del circuito, destruir entradas que nos llevan por atajos (u objetos especiales que puntúan más alto al ser destruidos).

Lo interesante es que, para destruir estas entradas, tendremos que medir bien la distancia, pues si el turbo se acaba justo cuando impactamos con ella… perderemos un tiempo valioso.

Cada vez que eliminemos a un rival, destrocemos un objeto del circuito, derrapemos o destruyamos un acceso de atajo, nuestro marcador aumentará, pues en esta ocasión, para desbloquear el acceso a las demás fases, tendremos que puntuar una cantidad concreta.

Ahora contamos con un mapa de la ciudad, dividido en distritos, cada uno con varias fases de diversa índole, que a medida que puntuemos se irá desbloqueando, creando una variedad de fases muy digna, que supera, desde mi punto de vista, a los exagerados mapas de fases de los últimos Ridge Racer, que se componían de “chorropoto-cientas mil” pruebas que repetían una y otra vez los mismos circuitos. Aquí esto cambia, hay menos pruebas pero mucha más variedad de circuitos.

A nivel gráfico el juego es bonito, y tiene una calidad de nitidez abultada, sin encontrar nada que sobresalga en exceso pero siendo robusto y veloz en todo momento. Es un apartado que a mi personalmente me encanta, pues aunque no es sumamente potente, tampoco se parece a ningún otro juego, es un apartado muy correcto, en el que todo fluye como mandan los cánones.

Los circuitos nocturnos abusan de un efecto de brillo exagerado, pero no le sienta mal y le otorga identidad, siendo irreal pero muy llamativo, que son de esas cosas que se pueden permitir los Arcades: los excesos.

A nivel sonoro, encontramos muy buenos temas, superando también a los últimos Ridge Racer, tanto en BSO (electrónica, como siempre)como en FX, que alcanzan una muy buena factura y una gran diversidad.

Es más divertido y original (también más potente)que los últimos Ridge Racer, mucho más entretenido que los dos últimos NFS y que el soso Test Drive unlimited 2, e inclusive, más variado y frenético que el último Burnout  y como Arcade es “eléctrico” y variado, siendo uno de los mejores juegos de “velocidad Arcade” de esta generación.

No es perfecto, pero es muy divertido y está bien realizado, rápido, variado, con diferentes modos de juego, diversidad de vehículos (cada uno con su propia respuesta y modo de conducción) y, quizás, el pequeño fallo de no hacer más espectaculares las explosiones y los sucesos similares (aunque cumplen bien).

A los que jugasteis a la demo, os aviso: el juego al completo gana muchos enteros en comparación, pues tanto la demo como las primeras carreras del juego, son bastante sosas… pero creedme, esto no dura mucho (unas tres pruebas a lo sumo y empieza la diversión).

En fin amigos, que no es un Ridge Racer… es un juego bastante mejor (aunque me duela admitirlo).

MI OPINIÓN

No me esperaba un juego tan divertido y con un apartado gráfico tan correcto y fluido, pero lo admito, me ha llegado.

Es un juego del todo recomendable, con sus pequeños fallos y la gran tara de no parecerse en absoluto a ningún Ridge Racer, pero, siendo honesto, casi prefiero que sea así, pues viendo los trabajos tan irregulares que está creando Namco con sus más afamadas sagas, me tengo que alegrar por el hecho de que sea un juego de BugBear, que es un estudio competente.

No es el mejor juego del mundo pero como entretenimiento, es del todo recomendable. Un muy buen juego de velocidad.