Todos, en alguna ocasión, nos hemos encontrado con el típico juego insufrible e intratable, y de inicio siempre suele surgir la misma pregunta: ¿Soy yo, o es que el juego está mal programado?

En el caso que nos ocupa, la respuesta es sencilla: está mal programado. The Adventures of Batman & Robin es uno de los juegos más frustrantes y abusivos de todo el catálogo de Megadrive.

Es realmente penoso ver como un juego tan bien realizado (es impresionante) y diseñado, en sus aspectos técnicos, se oscurece por culpa de un abuso tan bochornoso.

Y es que en este juego los términos "balance" y "curva de dificultad" no existen, debido a que durante las fases somos asaltados por más enemigos de los que podemos destruir. 

Al tener aguante la mayoría de ellos (resisten más de un impacto), es frecuente ser vapuleados por el resto de los que van apareciendo... y tampoco podemos evitarlos, pues comparten la misma manía persecutoria que los malignos engendros de Doom: Te seguirán hasta la muerte.

La primera vez que uno juega con este título se queda absorto, tras ver como le han linchado durante el primer nivel... el mismo que le ha quitado todas las vidas.

Yo lo primero que pensé fue que algo había hecho mal, o que existía algún tipo de ataque más potente que no había utilizado, pero no, ni ataque más potente ni nada de nada: es más sencillo acabarse un juego tan duro como Alien Soldier, o tan infame como Chakan, que progresar en este juego. 

Y lo triste es que se hubiera resuelto con solo menguar la resistencia de algunos enemigos, o limitando el daño de sus ataques. Si no se utilizan trucos, la única forma de avanzar es jugando a dobles... y os aseguro que aun así es un infierno. 

He jugado a tantos videojuegos que puedo distinguir entre difícil e imposible en pocos minutos, y tengo la paciencia y el aguante necesarios como para acabarme juegos tan insufribles como Contra Shattered Soldier o similares.

Pero este juego es de los que me impulsan a tirar el maldito mando contra el televisor, o directamente el cartucho por la ventana.

Ya entendido que es un juego realmente "injugable", he de centrarme en uno de los aspectos técnicos más impresionantes del sistema, y es que este título es una maldita máquina de quemar Megadrives (no literalmente).

La paleta de color es realmente buena, los sprites están muy definidos y se mueven con suavidad, además de aparecer a la vez en números cuantiosos.

Los escenarios siempre intentan mostrar algún efecto de profundidad o tridimensionalidad, y es realmente asombroso el grado conseguido... la pena es que la mayoría de los jugadores no verán más allá de la segunda pantalla.

No os fiéis de las imágenes, porque en este juego las virtudes solo se aprecian en movimiento.

Siempre suelo afirmar que Contra Hard Corps, Alien Soldier y Vectorman son los más potentes dentro del sistema (que no los únicos), y eso es debido a que nunca pienso en este título. No suelo acordarme de él por ser tan malo a niveles jugables, pero su acabado es único dentro de la plataforma.

Aunque la versión para Super Nintendo es comparada muchas veces con esta, no tienen nada que ver. En el caso del juego para SNES, la cosa está mucho mejor balanceada, y el título se mueve más hacia la acción salpicada con algo de plataformas.

En el caso de Megadrive, nos encontramos ante un Run&Gun puro al 100%, que solo varía al mostrar algunos momentos en los que se transforma en un shoot´em up. 

Teniendo en cuenta las limitaciones de cada plataforma, yo diría que el juego de Megadrive es incluso más sorprendente a nivel técnico, pero lo cierto es que el de SNES también luce de escándalo, y le da mil vueltas en términos jugables.

A nivel sonoro, la cosa es realmente buena, y el chip de sonido de Sega se emplea a tope... pero la música elegida es machacona como ella sola, y aunque de verdad os digo que es fabulosa, controlar a Batman y a Robin a ritmo de música techno industrial es extraño...

El apartado sonoro es obra del genial Jesper Kyd, y se nota la pericia, pero insisto, y más teniendo en cuenta la fama de la BSO incluida en la serie de animación, que para nada es acorde. 

Así pues, aquí tenemos el ejemplo perfecto de que los videojuegos, por muy impresionantes que sean, si no cuentan con un apartado jugable medianamente digno, solo valen como pisapapeles... 

Posiblemente, el juego más potente de Megadrive... y también el más frustrante.

Es un mal juego debido a su programación, y es imposible terminárselo sin utilizar trucos. (La nota solo refleja un aprobado por temas técnicos, pero insisto en que es injugable).